El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le otorgó permiso a la empresa canadiense (TransCanada) para construir, conectar, operar y mantener el oleoducto Keystone XL.
Keystone XL, es un sistema de oleoductos de más de 4.700 kilómetros que conecta la región petrolera de Alberta en Canadá con el Golfo de México y los Grandes Lagos en Estados Unidos y pretende transportar 830.000 barriles diarios.
Este proyecto fue criticado por varios grupos ecologistas y llegó a ser bloqueado por la Justicia estadounidense ya que consideraban que la administración no había justificado correctamente la concesión de las licencias obviando aspectos medioambientales significativos.
El presidente estableció condiciones al proyecto, reservando el derecho de “rescindir, revocar o enmendar” el contrato, sin contar con la supervisión de ninguna agencia federal, o que la empresa deberá correr con los gastos de cualquier desastre medioambiental causado por la falla del sistema.
En el 2015, bajo la administración de Barack Obama, el departamento de Estado prohibió la construcción del oleoducto por el posible impacto ambiental y el peligro de que con su aprobación, los Estado Unidos perdería su liderazgo en la lucha mundial contra el cambio climático.
Criticas generada por al antiguo oleoducto “Dakota Access Pipeline” nativos americanos y ambientalistas protestaban la aprobación de esta oleoducto por las posibles catástrofes ambientales que se podrían ocasionar, adicionalmente pasaba por tierra indígena sagrada.
Fue aprobado por la administración de Donald Trump. Este oleoducto atraviesa 4 estados y cuenta con una longitud de 1,886 kilómetros. Desde su construcción en el 2017 ha contado con al menos 5 derrames denominados pequeños, desde una fuga de 20 galones en Dakota del Norte hasta 168 galones en Illinois.